«Es más, incluso si (Irak) hubiera logrado ejecutar ese plan,
habría encontrado dificultades prácticas para fabricar
centrifugadores con los tubos de aluminio en cuestión», declaró.
Aunque la OIEA sigue el estudio de temas relacionados con
generadores magnéticos y la producción de imanes, «no hay indicios
hasta la fecha» de que Irak haya importado esos materiales para un
programa de enriquecimiento, dijo El Baradei, cuyas declaraciones
desmentían en gran parte las acusaciones lanzadas por Estados
Unidos y Reino Unido sobre los programas de armas clandestinos de
Bagdad.
Tras este llamamiento indirecto a que se de más tiempo a los
inspectores, Blix declaró que «ni los gobiernos ni los inspectores
quieren que las inspecciones del desarme duren toda la vida». Sin
embargo, señaló, el Consejo debe recordar que, conforme a las
resoluciones de la ONU, «después de verificar el desarme deberá
permanecer un sistema de inspección, un control sostenido», para
devolver la confianza y hacer sonar la alarma si hubiera signos de
una reactivación de cualquier programa de armas prohibidas.
Por su parte, el director del Organismo Internacional de la
Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, informó de que no hay
indicios de que Irak haya reanudado sus actividades nucleares en
los lugares sospechosos, de que haya importado uranio desde 1990,
ni de que haya intentado importar tubos de aluminio para usarlos en
la fabricación de material nuclear. «Después de tres meses de
inspecciones, no hemos encontrado pruebas de una reanudación de los
programas de armas nucleares en Irak», declaró.
También rebatió las acusaciones estadounidenses Blix, al decir
que «no se han encontrado pruebas» para demostrar que Bagdad mueve
armas de destrucción masiva en camiones, produce armas biológicas
en unidades móviles y desarrolla actividades prohibidas en
instalaciones subterráneas.
Tanto Blix como El Baradei manifestaron su esperanza de que
continúe la creciente cooperación de Irak con los inspectores, pero
el jefe de UNMOVIC dejó claro que el problema del desarme, aún con
la plena cooperación iraquí, no es una cuestión «de años, ni de
semanas», pero sí «de meses», precisó.
El presidente de UNMOVIC consideró como menores las dificultades
encontradas por los inspectores en su trabajo y dijo que Irak está
en condiciones de proporcionar más pruebas documentadas sobre sus
programas de armas prohibidas. «Sólo unos pocos documentos nuevos
han salido a la luz y han sido entregados desde que comenzaron las
inspecciones», según su informe al Consejo, que está profundamente
dividido entre los que defienden la continuación del proceso y los
que favorecen el recurso a la fuerza.
Los miembros del Consejo, once de los cuales estuvieron
representados por sus ministros de Exteriores, en la sesión
abierta, antes de asistir a un almuerzo con el secretario general
de la ONU, Kofi Annan, y celebrar por la tarde una sesión a puerta
cerrada que puede ser determinante para el futuro de las
inspecciones.
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