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Las tropas estadounidenses desplazadas al Golfo ya están preparadas y listas para cuando reciban la orden de atacar Irak, algo que cada día parece más problable y más cerca. El número total de fuerzas estadounidenses desplazadas cerca de Irak sobrepasó los 250.000 efectivos esta semana, entre ellos 140.000 soldados en Kuwait, según indicó ayer un responsable del Pentágono. El total de militares en la zona es de 270.000, pero esta cifra incluye los cerca de 15.000 hombres con base en Afganistán y en otros países vecinos del Asia Central, que no participarían en una nueva Guerra del Golfo. Un total de 47.500 hombres se encuentran a bordo de barcos en el Golfo y otros 20.000 en navíos en el Mediterráneo, según este responsable, que quiso conservar el anonimato.

Además los soldados estadounidenses desplegados en Kuwait han comenzado a probarse sus trajes de protección contra armas químicas y a preparar sus vehículos militares y sus víveres para estar listos a adentrarse en el sur de Irak cuando reciban la orden pertinente. Vehículos de tipo Humvees, camiones cargados con equipos militares, sacos de arena, aguas y víveres están alineados a la salida de Campo Udairi, una de las bases estadounidenses cercanas a la frontera iraquí. Por otra parte, varios bombarderos B-2 Spirit han partido de la base de Whiteman en Misuri, de la Fuerza Aérea de EEUU, para su posible participación en un ataque a Irak, señalaron ayer fuentes militares.

Los informantes no especificaron el número ni el destino de estos aparatos, aunque es posible que los B-2 se dirijan a la base conjunta norteamericana-británica de la isla de Diego García, en medio del océano Indico. El B-2, que fue utilizado por primera vez en 1999, en el conflicto de Kosovo, es el bombardero más moderno del Pentágono. Cada unidad cuesta unos 2.100 millones de dólares y se distingue por su peculiar forma en ala delta y los materiales especiales, que le permiten entrar en el espacio aéreo enemigo sin ser detectado por los radares.