Hasta ahora, el propio presidente de EE UU, George W. Bush ha
reiterado que convocaría una votación, independientemente de los
apoyos que recibiera el proyecto de resolución, que cuenta con la
oposición de Rusia y Francia, países dispuestos a vetar el texto.
Pero el secretario de Estado manifestó en su comparecencia que
«tenemos ante nosotros todas las opciones que se puedan imaginar y
las examinaremos durante el fin de semana».
Las declaraciones de Powell se hicieron después de que la Casa
Blanca, que hasta ahora insistía en votar la propuesta esta misma
semana, afirmara que está dispuesta a postergarla a la semana
próxima. el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, subrayó por
su parte que «el final empieza a estar a la vista». Bush continuó
ayer su ronda de conversaciones telefónicas y habló, entre otros
con el primer ministro, Tony Blair, quien según los medios de
prensa está presionando a Washington para que busque hasta el final
un consenso internacional.
Blair, por su parte, cree que lograr una segunda resolución de
la ONU que avale la guerra en Irak es «ahora menos probable que
nunca» dada la determinación de Francia y Rusia a bloquear toda
iniciativa en este sentido. Blair hizo este comentario al líder de
la oposición conservadora, Iain Duncan Smith, con el que se reunió
en Downing Street, donde sigue trabajando por sacar adelante una
segunda resolución que el partido del primer ministro considera
condición imprescindible para ir a la guerra.
Smith aseguró que las palabras de Blair significan «que la
intervención militar es ahora más probable». Opinó además que, en
caso de que no salga adelante una segunda resolución, «la 1.441 de
la ONU sí autoriza la acción militar». Londres acusó a Francia de
«envenenar» el proceso diplomático para una solución de la crisis
de Irak y de mantener una posición «intransigente».
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