Fuentes del Ministerio turco de Exteriores indicaron también que
las tropas de su país comenzarían a entrar en el Kurdistán iraquí,
al mismo tiempo en que Estados Unidos empezara a realizar el
traslado por aire de sus soldados.
«Todos aquí están furiosos ahora con Turquía», que se retrasaban
en cumplir con su promesa de abrir su espacio aéreo, declaró a AFP
un alto funcionario del departamento de Estado que pidió el
anonimato.
La entrada de las tropas turcas en el Kurdistán había bloqueado
la negociación entre Estados Unidos y el Reino Unido, hasta el
punto de que Ankara amenazó a Washington con no abrir su espacio
aéreo si impedía el despliegue. El secretario de Estado, Colin
Powell, pidió al Gobierno de Turquía que no envíe tropas al norte
de Irak, porque su presencia en la región que está controlada por
los kurdos dificultaría la operación militar que Estados Unidos
está llevando a cabo contra la capital iraquí.
Una vez concedido el permiso los B-52 llegados a las costas de
Turquía sobrevolaron el cielo turco, y se dirigieron a bombardear
Irak. La delegación estadounidense, que encabezaba el general Colby
Broadwater y que contó con la participación del embajador de EEUU
en Ankara, Robert Pearson, debía contestar a una serie de
exigencias de Turquía.
De los 550 diputados que forman el Parlamento turco, 332 votaron
ayer a favor de la moción presentada el pasado miércoles por el
primer ministro del país, que solicitaba la apertura del cielo
turco a aviones de guerra extranjeros y el envío de la tropa turca
fuera del país.
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