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EP/AFP-KUWAIT
Alrededor de 600 iraquíes han sido hecho prisioneros por los Marines estadounidenses desde su entrada en el sur de Irak el jueves por la noche, según informó ayer un oficial norteamericano. «Unos 600 iraquíes han sido hechos prisioneros por los Marines desde el comienzo (de la ofensiva terrestre)», según declaró este oficial que quiso permanecer en el anonimato.

Los Marines estadounidenses atravesaron la frontera entre Kuwait e Irak y entraron en el sur de Irak en la noche del jueves, así como decenas de miles de hombres de la infantería estadounidense y de tropas británicas. El jefe de las fuerzas armadas británicas, el almirante Sir Michael Boyce, habló de signos de «capitulación a gran escala» en la parte iraquí, citando «posiciones y material abandonado», y añadiendo que «varios cientos de soldados iraquíes» se habían entregado a las fuerza anglo-americanas.

Las fuerzas estadounidenses y británicas prevén la deserción masiva de soldados iraquíes y que ésta facilite su tarea y acelere la caída del régimen de Sadam Husein. Varios días antes de que la guerra comenzase, los aviones estadounidenses lanzaron cientos de miles de panfletos en Irak destinados a los militares y en los que se explicaba los procedimientos para rendirse o manifestar su voluntad de no combatir. Los militares estadounidenses también aseguraron que los prisioneros serán tratados en el respeto de las convenciones de guerra.

Cerca de 350 soldados iraquíes se han rendido a las tropas estadounidenses y británicas o han desertados de sus posiciones en el primer día de operaciones terrestres. Este éxito hace esperar a las tropas aliadas en un «efecto dominó» que provoque rendiciones masivas por todo el país. Dos partidas de unos 80 soldados iraquíes se entregaron a las fuerzas especiales británicas en la península de Fao, en el extremo sur del país. Más tarde, cuando los militares aseguraban sus posiciones en las instalaciones petrolíferas, otros 60 soldados iraquíes salieron de sus búnkers con las manos arriba y mostrando banderas blancas.

La Décimoquinta Fuerza Expedicionaria de los Marines estadounidenses tomó por su parte cerca de 200 prisioneros de guerra, a los que se obligó a tenderse en la carretera mientras se les registraba. Las tropas aliadas dejaron en libertad a algunos de estos iraquíes que se rendían, les abastecían de agua y comida y les dejaban regresar a su país con la pretensión de que contarán las buenas maneras de los estadounidenses al resto de su pueblo.