Según la Oficina del Coordinador de Naciones Unidas en Irak
(UNHCOI), la situación es «extremadamente crítica», «alarmante»
según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El personal está
abandonando los hospitales, Cruz Roja lleva dos días sin poder
visitar los centros a los que asiste y muchos pacientes han tenido
que ser evacuados de las instalaciones y ni siquiera se tienen
noticias de su paradero.
Según ha comprobado en el terreno el equipo de la NBC, y a pesar
de las declaraciones del secretario estadounidense de Defensa,
Donald Rumsfeld, minimizando los saqueos, desde primera hora de la
mañana pudieron verse a los asaltantes cargando con sus trofeos por
la ciudad, y pasando sin problema ninguno por delante de los
'checkpoints' estadounidenses.
Las tropas norteamericanas reabrieron dos estratégicos puentes
sobre el Tigris, los de Al Rashid y Al Jumhuriya, que de inmediato
fueron «cruzados por una multitud de saqueadores» que después
entraron en edificios gubernamentales como el Ministerio de
Planificación, de donde se llevaron incluso los sofás.
«Los soldados estadounidenses no hacían nada para detener la
fiebre de saqueos -apunta- e incluso algunos saludaban a los
saqueadores en los puestos de control o se quedaban de brazos
cruzados delante de edificios que estaban siendo asaltados».
Según informa la BBC, el Pentágono busca el apoyo de la policía
de Bagdad para establecer el orden en la capital iraquí. Esta
propuesta ya ha tenido su primer fruto, cuando un grupo de siete
agentes iraquíes, dirigido por un coronel se presentó ayer en el
Hotel Palestina, donde se alojan los altos mandos.
Frente a las afirmaciones de Londres, la ONU aseguró ayer que
hasta los centros nutricionales para niños están siendo saqueados,
no sólo en la capital, sino también en Basora (sur), Kirkuk y Mosul
(ambas en el norte), ciudades todas ellas que están bajo control de
los aliados. Numerosas informaciones indican sin embargo que los
soldados a menudo observan los asaltos sin intervenir para
detenerlos.
La ola de saqueos que sufre Bagdad desde el derrumbe del régimen
el pasado miércoles ha obligado a numerosos hospitales de la
capital iraquí a armar a sus enfermeros y destinarlos a tareas de
seguridad. El delegado de Cruz Roja Española en Amán, Miguel Angel
Rodríguez, explicó que la situación es de tal gravedad que muchos
médicos ni siquiera se atreven a salir de sus casas, y que lo mismo
ocurre con los pacientes y con los voluntarios de la Media Luna
Roja y del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), que prefieren
permanecer en sus hogares para proteger a sus familias.
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