Por otra parte, infantes de marina estadounidenses descubrieron en
Bagdad más de 300 chalecos preparados para ser utilizados en
ataques suicida, anunció el Mando Central norteamericano (Centcom)
en un comunicado difundido ayer en su cuartel general de Qatar.
Oficiales del Quinto regimiento del primer batallón de marines
estadounidense afirmaron que los barriles fueron descubiertos el
sábado en el patio de un colegio, junto a grandes provisiones de
munición.
El cabo primero, Chad Arva, especialista en análisis químicos,
precisó que el contenido de los barriles «dio positivo tres veces
en la identificación de un agente que provoca ampollas de agua en
el piel».
Sin embargo, los oficiales de marines rectificaron sus
anteriores declaraciones según las cuales habían hallado 278 ojivas
de artillería que contenían un agente químico.
Estas declaraciones fueron realizadas poco antes por el
comandante Stephen Armes, jefe de operaciones del Quinto regimiento
del primer batallón de marines y por el teniente coronel Fred
Padilla, comandante del batallón. Ambos oficiales dijeron después
que se habían equivocado.
«Infantes de marina norteamericanos descubrieron el viernes 310
chalecos para ataques suicida en un lugar no especificado de
Bagdad», señalaba el comunicado. El Centcom precisó que 160 de
estos chalecos contenían canicas de acero y estaban «equipados con
explosivos».
El último ataque suicida contra los militares estadounidenses
-el tercero desde que se inició la guerra el 20 de marzo- se
produjo el pasado jueves en Bagdad y se cobró la vida de un
soldado.
A pesar de que ha alcanzado la mayoría de sus objetivos
militares en Irak, Estados Unidos insistió ayer en que la guerra no
ha acabado y está centrada ahora en reducir algunas bolsas de
resistencia y en los combatientes fanáticos extranjeros.
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