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AGENCIAS-WASHINGTON
Estados Unidos adoptó un tono cada vez más amenazante contra Siria, al evocar posibles sanciones contra Damasco a raíz de su actitud durante la guerra en Irak, mientras Londres se desmarcaba de las acusaciones de la Casa Blanca y la UE mostraba su rechazo al tono beligerante de Bush.

Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, indicó en Bahrein que Siria no es el próximo objetivo militar después de la derrota de Sadam Husein y que no existe una lista de «próximos países» para ser atacados.

La Casa Blanca insistió ayer en que Siria es «un Estado terrorista» y que con esta denominación es como aparece en la lista que publica todos los años el Departamento de Estado. En palabras del portavoz de la Presidencia, Ari Fleischer, «Siria es un Estado terrorista y alberga terroristas».

«Siria es realmente un Estado delincuente y así queda especificado mediante su presencia en la lista de las naciones terroristas establecida por el Departamento de Estado», añadió, acusando de paso a Damasco de acoger a dirigentes iraquíes, los mismos argumentos utilizados por distintos representantes estadounidenses en las últimas horas.

Estados Unidos considerará imponer sanciones diplomáticas y económicas en contra de Siria por su apoyo a los miembros del antiguo régimen de Saddam Hussein en Irak, dijo por su parte el secretario de Estado norteamericano Colin Powell.

El primer ministro británico, Tony Blair, subrayó ante la Cámara de los Comunes que «no hay planes para invadir Siria», tras el desplome del régimen iraquí de Sadam Husein.

Blair manifestó que el pasado fin de semana habló con el presidente de Siria, Bachar al Asad, quien le prometió que las autoridades de Damasco abortarán cualquier «intento de cruzar la frontera» por parte de colaboradores de Sadam que quieran escapar de Irak.

«No perseguimos a ningún país», recalcó Straw, de gira por varios países del golfo Pérsico con el fin de recabar apoyo para la reconstrucción de Irak.

El Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, instó por su parte a EE UU a bajar el tono de las declaraciones sobre Siria y a lanzar mensajes positivos en este «difícil proceso» para calmar la situación.