Bush, con algunos de sus más firmes aliados árabes: Mubarak; el rey Abdala de Jordania; el heredero saudí, Abdulá Bin Abdulaziz; el rey Hamad de Bahrein y el primer ministro palestino, Mahmud Abas.

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AGENCIAS-EGIPTO
«Soy esa clase de personas que hace lo que dice, y lo que yo digo es que el mundo necesita un Estado palestino libre y pacífico», subrayó Bush, añadiendo que su Administración va a trabajar para realizar esta «visión».

Tanto el presidente norteamericano como su colega egipcio y anfitrión, Hosni Mubarak, condenaron las acciones armadas de palestinos e israelíes, pero se abstuvieron de identificar en público quiénes deben detenerlas primero.

El presidente lanzó un llamamiento al cese de los atentados contra Israel y a la interrupción de la política de implantación de las colonias judías en los territorios ocupados.

Bush consideró que «una paz auténtica» es posible en Oriente Medio «si todas las partes cumplen sus obligaciones». Bush sostuvo, al cierre de su cumbre con cinco dirigentes árabes, que la reunión «logró progresos» hacia la consecución de un acuerdo de paz en la región.

En una declaración tras la cumbre, Bush recalcó que el progreso en el proceso de paz pasará por «el rechazo del terrorismo» y el aumento de la lucha contra los terroristas.

La simultaneidad en parar la violencia es el mayor escollo para la paz en Oriente Medio, según se puso de manifiesto en la cumbre que el presidente de EE UU, George W. Bush, celebró ayer en este balneario egipcio con algunos de sus más firmes aliados árabes.

Según fuentes árabes, una discusión sobre si «el cese de las hostilidades» deben iniciarlo los palestinos, como planteó Bush, o producirse en paralelo con los israelíes, como expusieron sus interlocutores, fue el motivo de que la cumbre comenzara con más de dos horas de retraso.