Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, defendió
ayer ante el Parlamento la veracidad de los informes sobre las
supuestas armas de destrucción masiva de Irak y rechazó que su
Gobierno exagerara la información para justificar la guerra.
La semana pasada, el propio Wolfowitz admitió ante la revista
'Vanity Fair' que las armas de destrucción masiva, presentadas en
su momento como la causa principal para la guerra, no fueron sino
una excusa «burocrática» con la que se pretendía conseguir apoyo a
la operación militar.
Durante la cumbre de Singapur, después de que se le preguntara
por qué se dio un tratamiento distinto al tema de las armas de
destrucción masiva iraquíes en relación con el del armamento
nuclear de Corea del Norte, Wolfowitz respondió en presencia de
varios periodistas: «Es sencillo. La mayor diferencia entre Corea
del Norte e Irak es que económicamente nosotros no teníamos otra
opción en Irak. El país nada sobre un mar de petróleo».
En un debate tenso, el líder de la oposición conservadora, Iain
Duncan Smith, Duncan Smith, secundado por diputados de todas las
formaciones, exigió hasta tres veces una investigación judicial
independiente sobre esa presunta manipulación, como «única manera»
de aclarar las acusaciones y restablecer la «credibilidad» del
Gobierno.
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