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El capitán de navío Manuel Martín-Oar, quien resultó herido el martes en el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad, falleció ayer a causa de un traumatismo cerebral, pese a que en un principio se dijo que estaba fuera de peligro. Se convierte así en el primer militar español que pierde la vida en Irak, aunque trabajaba en un destino civil. El cuerpo sin vida del capitán, que era responsable de coordinar la ayuda humanitaria en el país, será repatriado hoy. En los últimos diez años, un total de 86 militares españoles y un intérprete han fallecido en misiones de paz internacionales.

El capitán murió en el hospital norteamericano de Bagdad, donde estaba siendo atendido, a causa de un traumatismo cerebral, según informó la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado. «Aunque en un principio no se temió por su vida por cuanto las heridas externas eran en los brazos, posteriormente se detectó un trauma grave cerebral interno que originó su fallecimiento».

Manuel Martín-Oar trabajaba como adjunto del embajador especial español ante la Autoridad de la Coalición, Miguel Benzo, concretamente en el Consejo de Cooperación Internacional, organismo dependiente de la coalición encargado de la ayuda humanitaria, de la relación con las organizaciones no gubernamentales y de la relación con Naciones Unidas.