Una explosión destruyó ayer la casa del suicida que cometió el atentado del martes.

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El asesinato en un ataque aéreo perpetrado por helicópteros israelíes del tercer dirigente más importante del Hamas, Ismail Abu-Shanab, ha llevado a los grupos islámicos palestinos a declarar el final de la tregua del 29 de junio y amenazar a Israel con una nueva ola de atentados.

El ataque, llevado a cabo por helicópteros Apache, causó también la muerte de dos guardaespaldas del dirigente islámico, que fueron identificados como Mohamed Baroud, de 24 años, y Hani Majed Abu Amrain, de 23.

Los cinco cohetes disparados desde los helicópteros provocaron una cadena de explosiones que hirieron a otras 19 palestinos, según fuentes médicas.

Las tres víctimas mortales se sumaban a la de un palestino la pasada madrugada en Tulkarem, ciudad en la que el Ejército israelí efectuó una incursión nocturna.

También Jenín, Nablus y Hebrón fueron escenario de incursiones israelíes dentro de la ofensiva lanzada por este país en respuesta al atentado del martes en Jerusalén, que causó 20 muertos y fue reivindicado por Hamás.

Pero esta ofensiva militar supone el golpe de muerte a la tregua que el primer ministro palestino, Abu Mazen, había alcanzado con la mediación de Egipto.