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FRANCE PRESS-VERONA
El presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, mantuvieron ayer una entrevista «muy amistosa» en Verona (noreste de Italia) con la que ambos mandatarios pusieron fin a una grave crisis diplomática que se inició el pasado julio, cuando Berlusconi llamó nazi a un diputado germano en el Parlamento europeo.

«Italia es un país maravilloso. Nuestras relaciones son muy, muy buenas tanto en el plan económico como en los terrenos de la cultura y la ciencia, y esto vale también para los contactos interpersonales. Nuestra entrevista ha sido muy amistosa», recalcó por su parte Schröder.

«No podemos hablar de mejor de las relaciones entre los dos países ya que nunca ha habido deterioro. Las relaciones han sido siempre excelentes», declaró Berlusconi en una conferencia de prensa conjunta tras el encuentro de una hora con el canciller alemán.