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La ONU, que daba trabajo a 500 personas en Bagdad antes del atentado, esencialmente expatriados, redujo sensiblemente su personal en la capital iraquí. Unas 200 personas reanudaron sus actividades ayer en Bagdad, según fuentes de las Naciones Unidas.

Además, el Reino Unido anunció el traslado temporal de su embajada en Bagdad a un cuartel norteamericano tras detectar que existe «amenaza cierta» de sufrir un ataque terrorista similar al que el pasado martes segó la vida de más de 20 personas en la sede de la ONU en la capital iraquí.

Por otra parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunció el viernes ante el Consejo de Seguridad su intención de nombrar, con carácter provisional, al coordinador de acciones humanitarias en Irak, Ramiro Lopes da Silva, como su representante en Irak tras la muerte de Sergio Vieira de Mello, muerto en el atentado. Los incidentes armados se trasladaron ayer a la localidad meridional de Basora, a unos 550 kilómetros al sur de Bagdad, donde tres soldados británicos murieron y un cuarto resultó herido de gravedad en un ataque contra el vehículo en el que viajaban.