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El general retirado Ramón Díaz Bessone, uno de los reclamados por el juez español Baltasar Garzón, admitió en un programa de televisión que se emitirá hoy que miles de personas fueron torturadas y ejecutadas clandestinamente durante la última dictadura militar argentina.

Las afirmaciones de Díaz Bessone, que dirigió el Cuerpo II del Ejército y fue ministro durante el gobierno militar de Jorge Rafael Videla, constituyen la primera confesión pública de un integrante de la cúpula de la dictadura de que las fuerzas de seguridad argentinas actuaron fuera de la ley.

El diario argentino «Página/12» adelantó ayer las declaraciones que hizo Díaz Bessone para un reportaje que será difundido hoy por Canal Plus de Francia, en el intenta probar que la «guerra sucia» librada en Argentina por el Estado entre 1976 y 1983 fueron copiada de que Francia hizo en Indochina y Argelia.

Díaz Bessone incluso se aventura cifrar en 7.000 los ejecutados durante la represión de opositores al régimen militar, que contrasta con la cifra oficial de 18.000 desaparecidos y mucho más con la de 30.000 que manejan los organismos de derechos humanos.

Esta última cifra le parece simplemente «propaganda» al general retirado, según la información de «Pagina/12» sobre el documental «Escuadrones de la muerte. La escuela francesa», realizado por Marie Monique Robin. El general justificó «la guerra sucia» con frases como las siguientes: «¿usted cree que hubiéramos podido fusilar a 7.000?». «Al fusilar tres no más, mire el lío que el Papa le armó a Franco (dictador en España de 1939 a 1975). Se nos viene el mundo encima», opinó. La opción de encarcelar a los opositores tampoco era posible porque después «venía un gobierno constitucional y los ponía en libertad».