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La economía de Estados Unidos, espoleada por los recortes de los impuestos y unos tipos de interés más bajos en cuatro décadas y media, alcanzó un ritmo anual de crecimiento del 7,2% en el tercer trimestre, informó ayer el Gobierno. Después de un ritmo anual de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,3% en el segundo trimestre, la actividad económica se aceleró de julio a septiembre y registró su crecimiento más rápido desde el primer trimestre de 1984, de acuerdo con las cifras del Departamento de Comercio.

El aumento de ritmo económico a casi dos años de terminada la recesión, acompañado como está con una política monetaria muy generosa, aceleró la inflación en el tercer trimestre. El índice de precios de compras domésticas -que incluye lo pagado por consumidores, empresarios, mayoristas y minoristas- pasó de un aumento del 0,4% en el segundo trimestre a uno del 1,9% en el tercero, según informó ayer el Gobierno. En el incremento de este indicador tuvo mucho peso el aumento de los precios de la energía, pero aún excluidos combustibles y alimentos, esta medida de la inflación pasó del 0,8% entre abril y junio al 1,5% entre julio y septiembre.

Por su parte, el Departamento de Trabajo informó de que el número de solicitudes de subsidio por desempleo disminuyó en 5.000 y se situó en 386.000 la semana pasada, la cuarta semana consecutiva en que las solicitudes se mantuvieron por debajo de la cota de 400.000. El dato indica que las empresas han aminorado su ritmo de despidos, aunque todavía no está claro que haya aumentado el de contratación de trabajadores.