Esta decisión y la de despedir a miles de trabajadores en todo el
mundo se fundamenta en las pérdidas de la multinacional, que ha
reconocido que su beneficio neto disminuyó un 83 por ciento el
cuarto trimestre de 2003 y un 65'6 por ciento durante todo el año.
Kodak ya anunció el día 14 que dejará de vender cámaras
tradicionales -las que usan películas de 35 milímetros, incluidas
las de formato APS- en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental,
pero mantendrá esas ventas en América Latina. La compañía se
centrará en el sector de cámaras digitales en países
industrializados y responderá con nuevos aparatos a la creciente
demanda de productos tradicionales en países en desarrollo.
El beneficio neto de Kodak en 2003 fue de 265 millones de
dólares (208 millones de euros). No obstante el dato, la cifra del
negocio aumentó un 3,7 por ciento hasta 13.310 millones de dólares
(10.470 millones de euros).
El presidente de la compañía, Daniel Carp explicó que la
orientación de la compañía hacia el sector de fotografía digital
continuará incrementándose el próximo año.
Lo que no va a evitar la anunciada reestructuración, que costará
a Kodak en despidos entre 1.300 y 1.700 millones de dólares (entre
1.023 y 1.337 millones de euros). Según Kodak, la reducción de
plantilla permitirá hacer más competitiva a la multinacional en los
próximos años.
España no se librará de la criba. Las oficinas centrales que
tiene la empresa en Madrid y los laboratorios de Barcelona y
Valencia se verán afectados por el recorte de personal.
De hecho, en la Ciudad Condal se está negociando ya un
expediente de regulación de empleo que puede afectar a unos 50 de
sus 130 trabajadores. En Madrid, se estudia la subcontratación de
algunas actividades, como la logística. La empresa ya lo ha
adoptado en toda su división europea.
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