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AGENCIAS-N. YORK-MADRID
Las cámaras fotográficas digitales están desbancando del mercado a las de carrete, con una consecuente reducción en la demanda de este tipo de materiales tradicionales. Es por ello que el grupo estadounidense Eastman Kodak ha decidido recortar su plantilla en todo el mundo en un 20 por ciento, lo que supone poner en la calle en tres años entre 12.000 y 15.000 empleados, motivado sobre todo, por la caída de los beneficios de la multinacional el año pasado en un 65'6 por ciento. Los despidos afectarán a los empleados de Kodak en España, tanto en las oficinas centrales de Madrid como en los laboratorios de Barcelona y Valencia.

Esta decisión y la de despedir a miles de trabajadores en todo el mundo se fundamenta en las pérdidas de la multinacional, que ha reconocido que su beneficio neto disminuyó un 83 por ciento el cuarto trimestre de 2003 y un 65'6 por ciento durante todo el año.

Kodak ya anunció el día 14 que dejará de vender cámaras tradicionales -las que usan películas de 35 milímetros, incluidas las de formato APS- en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental, pero mantendrá esas ventas en América Latina. La compañía se centrará en el sector de cámaras digitales en países industrializados y responderá con nuevos aparatos a la creciente demanda de productos tradicionales en países en desarrollo.

El beneficio neto de Kodak en 2003 fue de 265 millones de dólares (208 millones de euros). No obstante el dato, la cifra del negocio aumentó un 3,7 por ciento hasta 13.310 millones de dólares (10.470 millones de euros).

El presidente de la compañía, Daniel Carp explicó que la orientación de la compañía hacia el sector de fotografía digital continuará incrementándose el próximo año.

Lo que no va a evitar la anunciada reestructuración, que costará a Kodak en despidos entre 1.300 y 1.700 millones de dólares (entre 1.023 y 1.337 millones de euros). Según Kodak, la reducción de plantilla permitirá hacer más competitiva a la multinacional en los próximos años.

España no se librará de la criba. Las oficinas centrales que tiene la empresa en Madrid y los laboratorios de Barcelona y Valencia se verán afectados por el recorte de personal.

De hecho, en la Ciudad Condal se está negociando ya un expediente de regulación de empleo que puede afectar a unos 50 de sus 130 trabajadores. En Madrid, se estudia la subcontratación de algunas actividades, como la logística. La empresa ya lo ha adoptado en toda su división europea.