Ariel Sharón asegura que continuará como primer ministro.

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EFE/FRANCE PRESS-JERUSALÉN
La fiscal general del Estado, Edna Arbel, considera que existen pruebas suficientes para citar ante la justicia a Sharón. Según Arbel, existen pruebas suficientes de que Sharón ha sido sobornado por el empresario israelí David Apel pero la decisión final se tomará cuando concluya la recopilación de todo el material necesario tras un nuevo interrogatorio del mandatario israelí.

Sharón, Olmert y Guilad, sospechosos de estar implicados en delitos de soborno atribuidos a ese contratista de obras, que se habría valido de su influencia para promover un frustrado proyecto turístico en Grecia, niegan todo vínculo con el asunto. El proyecto incluía la adquisición de una isla griega para crear un centro turístico, con lo que Apel necesitaba la influencia de ambos políticos ante las autoridades de Atenas.

Se trata de una ayuda recibida por Sharón para su campaña electoral, y en particular dinero recibido por medio de su hijo Gilad, a cambio de servicios proporcionados a Apel. Apel buscaba el apoyo del primer ministro para resolver una serie de obstáculos oficiales para un negocio en el que según el empresario, Guilad Sharón «ganaría mucho dinero».

El jefe del Departamento de Investigación Criminal de la Policía, Moshé Mizrahi, considera que las evidencias en contra de Sharón son muy contundentes. Los fiscales Rahel Shiber y Ella Rubinek presentaron el miércoles en el Tribunal de Tel Aviv una demanda que incluye 209 testigos, entre ellos Gilad Sharón como número 207. La demanda menciona los nombres del primer ministro y el viceprimer ministro Ehud Olmert como personas que han sido sobornadas por Apel, perteneciente al Comité Central del partido Likud, dirigido por Sharón.

Los supuestos delitos datan de finales de la década de los noventa cuando Sharón era ministro de Asuntos Exteriores y Olmert alcalde de Jerusalén. Según la demanda, Apel pagó 700.000 dólares de un total de tres millones que había prometido para el rancho de Los Sicomoros, propiedad de Sharón y administrado por su hijo.

El líder de la oposición y del Partido Laborista, Simón Peres, instó a Sharón a dimitir o a presentar su versión de los hechos públicamente. Pero Sharón, dijo en Tel Aviv que permanecerá como primer ministro al menos hasta las elecciones de 2007. «Estoy aquí como primer ministro y como presidente del partido Likud ... un puesto que intento cumplir por muchos años, al menos hasta 2007», aseguró ante numerosos miembros del Likud.

Finalmente, señalar que el 64% de los israelíes considera que si se demuestra que el primer ministro ha estado implicado en asuntos delictivos éste debería dimitir de su cargo, de acuerdo con un sondeo realizado por el diario 'Haaretz' y la agencia de encuestas Dialogue.