Sharón, Olmert y Guilad, sospechosos de estar implicados en delitos
de soborno atribuidos a ese contratista de obras, que se habría
valido de su influencia para promover un frustrado proyecto
turístico en Grecia, niegan todo vínculo con el asunto. El proyecto
incluía la adquisición de una isla griega para crear un centro
turístico, con lo que Apel necesitaba la influencia de ambos
políticos ante las autoridades de Atenas.
Se trata de una ayuda recibida por Sharón para su campaña
electoral, y en particular dinero recibido por medio de su hijo
Gilad, a cambio de servicios proporcionados a Apel. Apel buscaba el
apoyo del primer ministro para resolver una serie de obstáculos
oficiales para un negocio en el que según el empresario, Guilad
Sharón «ganaría mucho dinero».
El jefe del Departamento de Investigación Criminal de la
Policía, Moshé Mizrahi, considera que las evidencias en contra de
Sharón son muy contundentes. Los fiscales Rahel Shiber y Ella
Rubinek presentaron el miércoles en el Tribunal de Tel Aviv una
demanda que incluye 209 testigos, entre ellos Gilad Sharón como
número 207. La demanda menciona los nombres del primer ministro y
el viceprimer ministro Ehud Olmert como personas que han sido
sobornadas por Apel, perteneciente al Comité Central del partido
Likud, dirigido por Sharón.
Los supuestos delitos datan de finales de la década de los
noventa cuando Sharón era ministro de Asuntos Exteriores y Olmert
alcalde de Jerusalén. Según la demanda, Apel pagó 700.000 dólares
de un total de tres millones que había prometido para el rancho de
Los Sicomoros, propiedad de Sharón y administrado por su hijo.
El líder de la oposición y del Partido Laborista, Simón Peres,
instó a Sharón a dimitir o a presentar su versión de los hechos
públicamente. Pero Sharón, dijo en Tel Aviv que permanecerá como
primer ministro al menos hasta las elecciones de 2007. «Estoy aquí
como primer ministro y como presidente del partido Likud ... un
puesto que intento cumplir por muchos años, al menos hasta 2007»,
aseguró ante numerosos miembros del Likud.
Finalmente, señalar que el 64% de los israelíes considera que si
se demuestra que el primer ministro ha estado implicado en asuntos
delictivos éste debería dimitir de su cargo, de acuerdo con un
sondeo realizado por el diario 'Haaretz' y la agencia de encuestas
Dialogue.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.