La blanca techumbre del vehículo se abrió como por obra de una
abrelatas gigante y el interior quedó completamente calcinado. El
artefacto -según la policía-, era muy potente y con gran cantidad
de metralla, lo que causó un elevado número de heridos graves, 10
de los 43, que fueron trasladados a cuatro hospitales de Hadasa En
Karem, Hadasa Har Hatzofin, Bikur Holim y Sharei Tzedek.
El documento hace mención al «muro de separación que no
conseguirá garantizar la seguridad (de los israelíes) porque los
Mártires de al-Aksa continuarán su camino hasta expulsar al
ocupante de la tierra ocupada». El suicida Alí Munir era además
policía de Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Belén, única
ciudad cisjordana a la que Israel traspasó los servicios de
seguridad en junio de 2003. En un vídeo hecho público ayer Alí
Yusuf explica -antes de inmolarse- que el atentado lo lleva a cabo
por la incursión militar israelí del miércoles en el barrio de
Zeitun de Gaza en la que murieron ocho palestinos, cuatro de la
Yihad Islámica y el resto de civiles.
A las 8,50 horas, el autobús número 19 sufría una fuerte
explosión en su parte central cuando circulaba por la calle Gaza,
en el barrio residencial de Rehavia, en la zona oeste de Jerusalén.
Diez israelíes murieron y otros 43 resultaron heridos a sólo unos
150 metros de la residencia del primer ministro, Ariel Sharón y en
el día del intercambio de prisioneros entre Hizbulá e Israel.
El conductor, que salió con vida debido a que la deflagración
afectó especialmente a la parte trasera del vehículo, refirió
consternado: «No me di cuenta que algún sospechoso hubiera subido
al autobús». Efectivos policiales a caballo, miembros de la
Estrella Roja de David, bomberos y voluntarios acordonaron la zona
del siniestro, incluido el Cafe Moment, escenario de otro atentado
suicida el 9 de marzo de 2002, que causó la muerte a 11
personas.
Ariel Sharón no se encontraba en el momento de la explosión en
su residencia oficial. El primer ministro se desplazó la noche
antes a su granja privada de «los Sicomoros», en el noroeste del
desierto del Néguev, desde donde siguió la aplicación del canje de
prisioneros y cadáveres entre Israel y la organización libanesa
Hizbolá, que se lleva a cabo ayer. «Este atentado es la razón por
la que Israel construye una cerca de seguridad. Es la única manera
de defendernos», dijo Dore Gold, portavoz del primer ministro en
referencia al muro de separación que Israel construye en
Cisjordania.
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