Sin embargo, el Gobierno de Mohamed Jatami, que tenía previsto
celebrar una sesión de emergencia para estudiar qué pasos tomar,
tuvo que cancelarla después de que Jatami fuera hospitalizado por
un dolor de espalda que le tendrá varios días alejado de la
actividad política.
Jatami había dicho que su gobierno está dispuesto a celebrar
«elecciones libres y competitivas».
La agencia IRNA publicó ayer un desmentido a unas anteriores
declaraciones de Jatami, en las que había dicho que el proceso
había llegado a un «punto muerto».
Sin embargo, Jatami sí dijo que «ningún candidato debe ser
destruido; no: debe ser libre», al igual que dijo que «el gobierno
debe estar en manos del pueblo, y no enfrentado a él».
Fiel a su estilo conciliatorio, Jatami no quiso ir más lejos ni
amenazó con boicotear los comicios, pero sí lo hizo su ministro del
Interior, Abdelvahid Musavi Leri, presente junto a él en el mismo
acto.
«Dada la ausencia de competición en la mitad de los colegios
electorales...las elecciones serán ilegales», dijo Musavi Leri,
quien fue más lejos y, a preguntas de si su ministerio pensaba
organizar los comicios, respondió tajante: «Eso, por supuesto, está
descartado».
«El gobierno tiene el derecho de anular las elecciones si
entiende que las votaciones van contra el interés nacional»,
explicó, y señaló que para que eso no sucediera debería permitirse
al pueblo «votar por los candidatos deseados.
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