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AGENCIAS-NUEVA YORK
La presión ha sido demasiado fuerte y finalmente George W. Bush ha tenido que ceder. «Quiero conocer los hechos». De esta forma el presidente estadounidense anunciaba ayer oficialmente la creación de una comisión independiente formada por representantes republicanos y demócratas que estudiará las razones que llevaron a los servicios de inteligencia norteamericanos a asegurar que Irak poseía armas de destrucción masiva (ADM). El presidente también advirtió de que lo primero que haría sería entrevistarse con David Kay, el recién dimitido jefe del equipo de inspección de ADM en Irak (Irak Survey Group), responsable de la infructuosa búsqueda de las armas de destrucción masiva.

La dimisión la pasada semana de David Kay y sus declaraciones ante la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense expresando sus escepticismo ante la supuesta existencia de dichas armas dispararon las peticiones para que se creara una comisión de investigación independiente.

Lo que Bush no desveló es la fecha de entrega de las conclusiones de la comisión, que los demócratas reclaman para antes de las elecciones presidenciales de noviembre frente al temor de los republicanos de que si llegan en plena campaña puedan afectar negativamente al actual Gobierno. Todos los candidatos demócratas a la presidencia han atacado a Bush por la ausencia de resultados en la búsqueda de las armas de destrucción masiva, convirtiendo el tema en uno de los más repetidos de la campaña.

La CIA y su actual director, George Tenet, son objeto de las críticas tanto de republicanos como de conservadores desde los ataques terroristas del 11-S y es bastante probable que la nueva comisión vuelva a ensañarse con el trabajo realizado por la agencia.