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WANDA RUDICH-VIENA
La Organizaciones de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió ayer en Viena seguir adelante con su planeado recorte de la producción y desoyó así las peticiones de EEUU y otros importantes países consumidores de abrir más sus grifos para abaratar el crudo y sus derivados. No obstante, el mercado parecía dar ayer la razón al cartel petrolero, que insiste en que los elevados precios no se deben a una falta de oferta, al caer los precios más de un dólar tras conocerse un fuerte aumento de las existencias almacenadas en EEUU.

«Lo que queremos es que los precios estén en la banda» de entre 22 y 28 dólares por barril, añadió Yusgiantoro, quien atribuyó las altas cotizaciones actuales sobre todo a la especulación en el mercado, principalmente de los fondos de inversión, así como a incertidumbres geopolíticas. También el ministro de Energía y Minas de Venezuela, Rafael Ramírez, insistió en aunar esfuerzos comunes con los países consumidores para combatir la distorsión del mercado que causa la especulación.

La 130 conferencia ministerial de la OPEP concluyó ayer con la confirmación del acuerdo pactado en la reunión anterior, el 10 de febrero en Argel, de reducir la cuota total de producción de diez de sus once miembros (todos menos Irak) en un 4 por ciento a partir del primero de abril, fijándola en un total de 23'5 millones de barriles diarios. «No se puede culpar a la OPEP» del fuerte y sostenido encarecimiento actual del crudo, con precios por encima de los 30 dólares/barril», insistió en rueda de prensa el presidente de la conferencia y ministro indonesio de Energía, Purnomo Yusgiantoro, tras la reunión de Viena.