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FRANCE PRESS/EFE
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió al primer ministro británico Tony Blair apoyo para una posible intervención en Irak nueve días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, informa ayer el rotativo británico 'The Observer'.

El ex gobernador republicano de Nueva Jersey y presidente de la comisión independiente, Thomas Kean, explicó que aunque le sorprende esa decisión forma parte de los esfuerzos de la Casa Blanca por impedir la divulgación de datos de inteligencia que puedan comprometer la seguridad nacional.

Citando al antiguo embajador del Reino Unido en Washington, Sir Christopher Meyer, el periódico inglés precisa que el presidente Bush formuló ciertas demandas a Blair en el transcurso de una cena privada en la Casa Blanca, a la que asistió el entonces embajador.

De acuerdo con Meyer, el primer ministro británico habría aconsejado al presidente Bush no olvidar el objetivo principal de la «guerra contra el terrorismo», ocuparse del régimen talibán y la búsqueda de miembros de la red terrorista Al Qaeda en Afganistán.

«Estoy de acuerdo con usted, Tony. Debemos ocuparnos de ese asunto. Pero, cuando hayamos terminado con Afganistán, debemos ocuparnos de nuevo de Irak», respondió el presidente norteamericano, según las declaraciones del embajador del Reino Unido, que recordó que Bush no hizo mención alguna al establecimiento de posibles sanciones a Irak.

Mientras, la Casa Blanca revisará en un hecho sin precedentes, «renglón por renglón», el informe final que prepare la Comisión Nacional que investiga los atentados de septiembre de 2001 antes de que sea divulgado, informó ayer el presidente de esa entidad estadounidense.