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El marroquí Mounir El Motasadeq, primer condenado en el mundo por los atentados del 11 de septiembre de 2001, abandonó ayer la cárcel tras ser puesto en libertad condicional a causa de fallos en el proceso por el que fue encarcelado, aunque no podrá abandonar Hamburgo, su ciudad de residencia. La portavoz de la Audiencia Territorial de Hamburgo, Sabine Annette Westphalen, informó ayer de que el tribunal decidió resolver así la petición de puesta en libertad de la defensa, formulada después de que el Tribunal Supremo Federal (BGH) levantara la condena y ordenara repetir todo el proceso por el citado motivo.

El tribunal de Hamburgo ya no alberga la «sospecha grave» de complicidad en el asesinato de más de 3.000 personas contra el marroquí, pero sí lo que en el derecho penal alemán se llama «sospecha suficiente» de pertenencia a una organización terrorista. Ese grado jurídico de sospecha es el mínimo necesario para poder formular una acusación que pueda derivar en un proceso penal, en este caso la de pertenencia a una organización terrorista.

El Motasadeq, de 30 años, fue condenado en febrero de 2003 por complicidad en el asesinato de más de 3.000 personas y pertenencia a una organización terrorista, en relación a la célula alemana de Al Qaeda que supuestamente preparó los ataques desde el verano de 1999 y dirigía uno de los pilotos suicidas, el egipcio Mohamed Atta. El BGH anuló esa sentencia a principios del mes pasado y devolvió el caso a la Justicia de Hamburgo por considerar que no se valoraron pruebas posiblemente exculpatorias, como la declaración del presunto coordinador del 11-S, Ramzi Binalshib, retenido por EEUU en un lugar secreto.