Los ataques de EE UU se reanudaron poco después de que el
administrador civil de Irak, el norteamericano Paul Bremer,
anunciara al mediodía la detención de las operaciones. Según
Bremer, el alto el fuego fue decretado para permitir la entrega de
ayuda humanitaria a los 300.000 habitantes de la ciudad.
Pese al anuncio, los bombardeos aéreos se reiniciaban a primera
hora de la tarde, «en respuesta natural», según indicó el general
norteamericano Mark Kimmitt, a la continuación de los ataques por
parte de los insurgentes.
El Comando Central estadounidense (Centcom) anunció que dos
soldados estadounidenses murieron y 13 más quedaron heridos ayer en
dos ataques distintos.
Y es que la violencia y el terror alejaron las esperanzas de
reconstrucción y deslizaron todavía un poco más a Irak hacia el
caos al cumplirse ayer el primer aniversario de la caída del
régimen de Sadam Husein.
Con varias ciudades del sur chií aun sublevadas y nuevos y
fieros combates en la zona suní al norte de Bagdad, nada permitía a
los iraquíes confiar en ver convertido pronto en realidad su sueño
de hace doce meses de lograr una vida mejor.
La jornada se inició con la muerte de quince iraquíes y seis
peregrinos iraníes en Kerbala por disparos de las tropas búlgaras y
polacas.
En Bagdad, al menos nueve personas perdían la vida en un
enfrentamiento entre tropas norteamericanas y la resistencia. Las
fuentes no pudieron precisar la nacionalidad de las víctimas del
choque armado -que se produjo cuando un convoy militar
estadounidense fue atacado por los insurgentes-.
El líder radical chií Muqtada Al Sadr se dirigió ayer a su
«enemigo», el presidente Bush, al que «aconsejó» que retire sus
tropas de Irak o, en caso contrario, se enfrente a «la revolución
iraquí», según indicó en su oración del viernes. Un miembro de su
entorno anunció que Al Sadr inició una huelga de hambre en protesta
por las «masacres estadounidenses».
De otra parte, el ministro iraquí de Derechos Humanos, Abdel
Bassat Turki, ha dimitido, según anunció el portavoz del
administrador civil estadounidense en Irak, al día siguiente de la
dimisión del ministro iraquí del Interior, Nuri Badrane. Senor no
dio las razones de esta nueva deserción. El jueves, Badrane anunció
su dimisión después de que Paul Bremer expresara su descontento con
la actuación de su Ministerio.
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