Regreso a España del primer contingente de la 'Plus Ultra II'.

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EFE-EASHINGTON
El presidente de EE UU, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, aseguraron ayer que «no dudarán en sus esfuerzos para construir una democracia en Irak» pese a la ola de violencia. Ambos prometieron ayer «seguir en Irak hasta que hayamos acabado la tarea» de pacificación y reconstrucción. El primer ministro británico apostó además por otorgar a la ONU un papel más relevante en la reconstrucción del país.

En una rueda de prensa conjunta en los jardines de la Casa Blanca, ambos insistieron en que la escalada de la violencia en Irak no afectará a los planes para la transferencia de la soberanía, prevista para el 30 de junio, o los esfuerzos de reconstrucción.

«Permaneceremos en Irak y terminaremos nuestro trabajo, seguiremos allí hasta que hayamos concluido nuestra tarea», afirmó el primer ministro británico.

Blair insistió en que «haremos todo cuanto esté en nuestra mano para ganar esta batalla, no cederemos ni nos echaremos para atrás», por lo que «mantendremos la fecha del 30 de junio» para la entrega de poderes.

Además, explicó, las fuerzas de la coalición «redoblarán sus esfuerzos para entrenar y aumentar la capacidad de las fuerzas iraquíes» a la hora de hacer frente a los insurgentes.

Por su parte, el presidente de EE UU aseguró que la coalición no «abandonará a los iraquíes en su hora de mayor necesidad», aunque reconoció que «los pasados días han sido duros, y los próximos también acarrearán desafíos».

Bush también insistió en que la fecha del 30 de junio se mantendrá «para demostrar que la coalición no tiene ningún interés en una ocupación». La reunión se celebró en una etapa particularmente difícil en Irak, donde se han producido levantamientos en varias ciudades y en lo que va de mes ha muerto casi un centenar de soldados estadounidenses.