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EFE-DAMASCO

El terrorismo hizo aparición de forma repentina el martes en Siria, cuando un grupo armado causó varias explosiones y protagonizó un intercambio de disparos con la policía que se saldó con cuatro muertos. Las autoridades pronto atribuyeron el incidente en el lujoso barrio de Al Maza (oeste de Damasco) a «un grupo terrorista» y dejaron entrever que podría tratarse de extremistas islámicos, pero hasta el momento no hay ninguna confirmación oficial de quiénes son ni de qué pretendían.

Dos de los atacantes han muerto en la refriega con la policía y otros dos han sido heridos y detenidos cuando intentaban huir. A ellos hay que sumar un policía muerto, de los que custodiaban la Embajada iraní, y una viandante, que también resultó muerta.

Los detenidos dieron a la policía información que condujo a un escondrijo donde ocultaban armas, que hoy mostró la televisión siria. En el escondrijo, situado en la localidad de Khan al Sheikh, veinte kilómetros al sur de Damasco, se encontraron armas de distintos calibres, incluidos lanzagranadas, además de pistolas y diversa munición.

En el ataque de ayer, según la versión oficial del Ministerio del Interior que publicó la agencia SANA, todo comenzó cuando un grupo de cuatro atacantes hizo explotar un artefacto bajo un coche aparcado junto a un edificio abandonado. Lo que hasta ahora resulta inexplicable es que el edificio que parece era su blanco y que resultó gravemente dañado es una antigua oficina de la ONU ya en desuso, que en su día sirvió para que funcionarios internacionales supervisaran el alto el fuego entre Israel y Siria.