TW
0

Una nueva jornada de violencia en Irak dejó ayer cuatro muertos en un atentado en Bagdad en medio de la incertidumbre sobre el nuevo gobierno. Al menos cuatro personas, entre ellos una mujer y una niña, murieron cuando un coche bomba hizo explosión en pleno centro de la ciudad, una explosión que dejó además veinte heridos, algunos de gravedad.

Según fuentes hospitalarias va a ser muy difícil conocer el número exacto de víctimas por el estado de los cuerpos. La mayoría de los trozos que se podían ver en el lugar del atentado no eran mayores que el de un reloj de pulsera.

Sólo un cuerpo, partido limpiamente en dos, se encontraba en una de las aceras. La fuerza de la explosión hizo que el chasis y el bloque del motor cayeran a más de cien metros del lugar donde quedó el resto del Mercedes utilizado para cometer el atentado. El ataque ocurrió en las cercanías de la llamada Zona Verde, donde está la sede de la coalición, aunque la explosión no llegó a afectar sus protecciones de hormigón.

Al lado del automóvil que hizo explosión, se observaba un cráter de unos tres metros y medio de diámetro y medio metro de profundidad. Otros tres vehículos quedaron destrozados por la onda expansiva. Mientras tanto, otros dos iraquíes resultaron heridos por la explosión de dos bombas que tenían como objetivo un convoy militar estadounidense en la capital.

En un día especialmente duro para el Ejército estadounidense, tras conocerse la muerte ayer de otro de sus soldados, esta vez en Mosul. Su muerte se suma a otros dos militares que murieron la madrugada del lunes en los combates que se siguen librando en las ciudades de Nayaf y Kufa, al sur de Bagdad contra los seguidores del clérigo radical chií Múqtada al Sadr.