Refinería de petróleo situada en la ciudad de Basora, al sur del país.

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FRANCE PRESS-BAGDAD
Los yacimientos del sur proveen cerca de 1,9 millones de barriles a la planta situada en Basora, de la que sale cerca del 90% de las exportaciones de petróleo iraquí. Esta suspensión de la extracción en los pozos del sur es la primera que decide el Gobierno interino desde que el pasado 28 de junio tuvo lugar el traspaso de poder por parte de la administración encabezada por EE UU.

Los gobernantes, por su parte, subrayaron que se enfrentarán con firmeza a los rebeldes chiíes en las ciudades santas del centro del país. En el marco de estas medidas, el Gobierno iraquí decidió imponer un toque de queda en el barrio chií de Sadr City en Bagdad, escenario de enfrentamientos entre partidarios del líder radical Moqtada Sadr y de las fuerzas estadounidenses. En Nayaf, los combates continuaron ayer, donde Al Sadr afirmó que luchará hasta dar la última gota de sangre. Según el último balance del Ejército estadounidense, 360 milicianos han muerto en estos enfrentamientos.

Los insurgentes atacan a menudo los oleoductos del país con el objetivo de evitar que Irak ingrese divisas por la exportación de petróleo.

«Cualquier ataque a la infraestructura dañara sólo los intereses del pueblo iraquí», indicó Assem Jihad, portavoz del Ministerio del Petróleo, blanco ayer de varios morteros lanzados por insurgentes, y que causaron al menos un herido.

En Nayaf el Ejército estadounidense y los milicianos chiíes de Moqtada Sadr continuaron enfrentádose en una feroz batalla por el control de la ciudad santa chií. A última hora hora del día era difícil saber si los marines habían podido avanzar. Los combates que tienen lugar desde hace cinco días en Nayaf cesaron este mediodía durante unas horas para permitir la evacuación de heridos.