Los guardias nacionales iraquíes, auxiliares del Ejército, se
sumaron por primera vez a la ofensiva de las tropas estadounidenses
y recibieron órdenes del Gobierno interino de capturar vivo o
muerto a Moqtada Al Sadr. «Si Al Sadr se rinde, estará sano y
salvo, si resiste, se enfrentará a la muerte o a la prisión», dijo
el ministro de Defensa, Hazem Chaalan. «Fuerzas iraquíes se van a
acercar al mausoleo en espera de la señal de asalto. Sólo tienen
algunas horas».
El ministro parecía confirmar así la inminencia del asalto,
mientras los cientos de guardias nacionales y soldados
estadounidenses rodeaban por completo el reducto de un kilómetro
cuadrado en el que se atrincheran los milicianos chiíes.
También el gobernador de Nayaf, Adnan al Zorfi, había advertido
antes de que la Guardia Nacional «limpiará la ciudad y el mausoleo
de los milicianos si no salen por voluntad propia. Estamos listos y
esperamos la autorización de Bagdad».
El primer ministro iraquí Iyad Alaui exige que el Ejército del
Mehdi abandone el mausoleo, entregue las armas a las fuerzas de
seguridad iraquíes y se transforme en un partido político para
poner fin a los combates que arrecian desde el 5 de agosto en
Nayaf.
Por su parte, el jefe de la diplomacia iraquí, Hoshyar Zebari,
rechazó la propuesta de Irán de celebrar una reunión urgente de los
vecinos de Irak, alegando que la situación en Nayaf es un asunto
interno que no se debe internacionalizar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.