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La cumbre entre los Gobiernos de Londres y Dublín y los partidos norirlandeses para restablecer la autonomía en Irlanda del Norte acabó ayer sin un acuerdo, aunque se ha avanzado en cuestiones como el desarme de los grupos paramilitares.

«Creemos que podemos resolver los asuntos relacionados con la actividad paramilitar y la inutilización de armas», declaró.

El primer ministro británico, Tony Blair, reconoció que los tres días de negociación en el castillo de Leeds, en Kent (sur de Inglaterra), no han permitido resolver la crisis de la provincia, pero se mostró convencido de que es más posible que nunca el desarme definitivo del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Según fuentes de la negociación, el IRA habría hecho una oferta de desarme con la condición de que se cumplan ciertos aspectos del Acuerdo de Paz de Viernes Santo de 1998, como la desmilitarización de la provincia, el traspase de competencias sobre la policía y la justicia a Belfast y la amnistía a presuntos terroristas huidos.

«Lo que ahora se ofrece es razonable en su contenido e histórico en su significado», dijo Blair, sin concretar las bases del supuesto pacto.

Blair compareció en rueda de prensa junto a su colega irlandés, Bertie Ahern, quien reiteró que se ha adelantado en «asuntos clave», aunque admitió que existen aún obstáculos.