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FRANCE PRESS-ROMA/BRUSELAS
Las frases insultantes de un ministro italiano contra los europeos es el último síntoma de las desavenencias existentes entre el gobierno de Silvio Berlusconi y las instituciones europeas, agravadas por el euroescepticismo de varios de sus miembros.

Mirko Tremaglia, ministro de los Italianos en el mundo, quiso manifestar «a su manera» su descontento por la decisión de los diputados europeos de rechazar el nombramiento como comisario a la Justicia y el Interior del italiano Rocco Buttiglione, quien es públicamente hostil a los homosexuales.

En un comunicado escrito, Tremaglia, de 78 años, controvertida figura de la derecha italiana, acusó a las instituciones europeas de estar dominadas por «culattoni», lo que podría traducirse por «culeados» o «maricones». El término, que proviene de la palabra «culata», significa «homosexual pasivo», según el diccionario de la lengua italiana de Nicola Zingarelli.

Tremaglia, de 78 años, miembro fundador de Alianza Nacional (derecha), el partido del viceprimer ministro GianFranco Fini, militante en el pasado del fascista Movimiento Social Italiano, no entiende todavía el escándalo que ha desencadenado con sus afirmaciones.

«Soy de Bérgamo (norte de Italia) y allá no se habla de 'gays' sino de 'culattoni', porque así los llamamos en mi tierra», explicó ayer sin retirar sus controvertidas acusaciones y críticas a los homosexuales. Mientras, el futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, deberá sacar por sí mismo antes del 27 de octubre sus conclusiones respecto al equipo de comisarios que ha presentado al Parlamento Europeo, después de que éste haya rechazado al italiano Rocco Buttiglione, y expresado recelos respecto a la holandesa Nelly Kroes destinada a la cartera de Competencia, al húngaro Laszlo Kóvacs que debería ocupar la dirección de Energía y la danesa Mariann Fischer-Boel para Agricultura.