Ahora, las encuestas muestran un empate técnico, ya que cualquier
ventaja de uno u otro candidato es mínima y no supera el margen de
error estadístico. Kerry incluso marcha por delante en algunos
estados que son realmente decisivos para ganar el Colegio
Electoral, como Ohio o Wisconsin, según sondeos divulgados ayer.
Un sondeo del instituto Gallup para la cadena de televisión CNN
y el periódico «USA Today» indica que el 52% de los espectadores
consideró que Kerry estuvo mejor, mientras que el 39% cree que el
triunfador fue Bush. Otra encuesta, entre votantes indecisos y para
la cadena CBS, señala que el 39% atribuyó la victoria al senador
por Massachusetts, mientras que el 25% cree que fue Bush quien se
impuso.
Un tercer sondeo, para la cadena ABC y entre votantes de mayoría
republicana, ofrece un resultado más ajustado e indica que el 42%
de los consultados declaró vencedor a Kerry, frente al 41% que se
inclinó por Bush. La victoria de Kerry en los tres debates
electorales, unida a su progresión en las encuestas, se combina con
la pérdida de impulso de Bush para crear un panorama totalmente
nuevo en la elección presidencial de noviembre.
La mayoría de los comentaristas coincidió también en la victoria
de Kerry, quien mostró un mejor uso de los argumentos y las cifras
que Bush en cuestiones como desempleo, déficit presupuestario o
sanidad. El presidente apareció poco cómodo defendiendo la gestión
de su gobierno ante los ataques, y por ello optó por lanzar dardos
contra Kerry, con el objetivo de tratar de desacreditar a su rival,
sin ofrecer apenas propuestas nuevas.
Kerry precisó con datos y estadísticas las múltiples formas en
que, a su juicio, Bush ha descuidado la seguridad interna y los
aspectos socioeconómicos. La estrategia de Bush se centró en atacar
la trayectoria de Kerry en sus casi 20 años en el Senado. Como en
una lección de matemáticas, Bush describió las numerosas veces en
que el demócrata votó en contra de diversos proyectos sociales y
criticó la «letanía de quejas» de Kerry disfrazada de un plan
factible.
En el área de la economía, Kerry recordó a los votantes que,
bajo la presidencia de Bush, ha aumentado el costo de la vida, el
precio de la gasolina y los gastos de salud, a la vez que han
bajado los salarios y la inversión pública. Así, el debate
presidencial también dejó plasmadas las diferencias de ambos
candidatos sobre cómo reactivar la creación de empleos, la utilidad
de los recortes de impuestos y la solución a la escasez de
cobertura médica en el país.
Kerry ridiculizó el «sermón» de Bush sobre disciplina fiscal,
con el déficit presupuestario en récords consecutivos, y recordó
que los recortes de impuestos han favorecido principalmente a los
ricos. Sobre la escasez de cobertura médica, Bush dijo que «la
letanía de quejas» del demócrata no sustituyen a un verdadero plan
para que los trabajadores puedan costear sus gastos médicos.
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