En aquellos días, Arafat se convierte en asistente voluntario del
jeque. Tenía 17 años. Estudió Ingeniería, pero su carrera sería la
política. En 1948, cuando se creó el Estado de Israel, Arafat con
19 años combatió en Jerusalén contra las tropas israelíes. Luego,
regresó a El Cairo, y en 1956 luchó con el Ejército egipcio en la
«Guerra de Suez» contra la intervención de tropas británicas,
francesas e israelíes en el Sinaí. Terminada la guerra, marchó a
Kuwait, donde estableció las bases del futuro Movimiento de
Liberación Al Fatah (1959).
El padre de Arafat llegó a ser policía durante el imperio
otomano y luego pequeño comerciante de textiles. Arafat era el
penúltimo de seis hermanos: sus hermanas Inam, Khadija y Yusar, y
sus hermanos Khalid, Mustafá y Fathi.
Su madre, Zahwa Abul Saoud, pertenecía a una familia de
profesores y religiosos prominentes de Jerusalén y murió de una
enfermedad de riñón cuando Arafat tenia cinco años. Su padre
contrajo enseguida segundas nupcias, que acabaron en divorcio meses
después, y los dos pequeños, Arafat y Fathi, fueron enviados a
Jerusalén a cargo de su tío materno, Selim Abul Saoud.
Arafat fue feliz durante su breve estancia en la Ciudad Santa.
El cariño que le prodigaron sus tíos distó mucho de la severidad de
su padre, a quien el futuro presidente de la Autoridad Nacional
Palestina (ANP) nunca profesó cariño. Arafat quiso mucho más a
Jerusalén que a El Cairo y por eso la adoptó como ciudad de
referencia, pero los días de felicidad en la Ciudad Santa acabaron
en 1937 cuando su padre ordenó el regreso de los dos pequeños a El
Cairo. Yasser, con 8 años, fue puesto a cargo de su enérgica
hermana mayor, Inam, volcada en los dos pequeños y cuyos restos hoy
reposan en el camposanto de Jan Yunis. El padre de Arafat volvió a
casarse.
De los 9 a los 15 años comienza a perfilarse el carácter rebelde
de Arafat, demasiado hiperactivo para ser un buen estudiante.
Cuentan sus biógrafos que Arafat comienza a mostrar su habilidad de
persuasión, de coerción y de dirección, en las pandillas
convertidas en pequeños ejércitos que desfilaban por las calles del
barrio de Sakakini de El Cairo.
Es entonces cuando comienza a escapar de los castigos de su
padre y frecuenta la familia Awad al Akbars en El Cairo. En aquella
casa escucha interminables lecturas del Corán, que memoriza y le
ayudan a perfeccionar el árabe clásico. En 1945 Palestina se había
convertido en un hervidero durante los últimos días del mandato
británico, y un año después llega a El Cairo el mufti de Palestina,
el líder del país árabe Hajj Amin al Huseini, junto con el jeque
Hassan Abul Saoud, «el tío», familiar de Arafat.
A mediados de los sesenta se constituyó la Organización para la
Liberación Palestina (OLP), a cuyo primer presidente, Ahmed al
Chukeiri, promotor del lema «arrojar a los judíos al mar»,
reemplazó Arafat en 1969.
Tras la guerra árabe-israelí del 6 de octubre de 1973, la del
Yom Kipur o Ramadán, Arafat logró el reconocimiento de la OLP por
más de cien países, en los que estableció representaciones
diplomáticas.
Arafat regresó triunfal a Gaza en 1994, 27 años después de haber
pisado por última vez tierra palestina. Recluido en la Mukata,
Arafat el hombre que en 1994 compartió el Premio Nobel de la Paz
con Rabin y Simón Peres, vivió este último año la soledad del
poder, y vio cómo la promesa de Sharón de retirarse de Gaza se
esfumaba. En su vida personal, el hombre que durante muchos años se
había declarado «casado con la causa palestina», contrajo
matrimonio en secreto en 1992, a los 63 años, con una cristiana
palestina, Suha Tawil, con quien tuvo una hija, Zahua, nacida en
1995.
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