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A.M.
Mallorca parece tener vocación de escenario para el entendimiento entre árabes y judíos. En este eterno conflicto que mil veces ha intentado solucionarse, la Isla también ha tenido su papel. Por primera vez en 1982, el «rais» de los palestinos, Yasser Arafat, aterrizaba en Son Sant Joan invitado por el ex canciller austríaco Bruno Kreisky, quien le invitó también en 1989 para abordar con él el delicado asunto de la paz en Oriente Medio.

Años después, en 2000 y 2001, Mallorca volvía a ser escenario de un encuentro histórico en el camino hacia la paz de Tierra Santa. Yasser Arafat pedía en el Foro de Formentor que la comunidad internacional le apoyara en sus esfuerzos por detener las masacres que el Ejército israelí estaba cometiendo en los territorios ocupados.

La entrevista duró una hora y tres cuartos y se saldó con cierto sabor optimista. Poco sabían ellos que quince años después el enconamiento seguiría siendo la moneda de cambio en aquella explosiva zona del planeta. Entonces ya se habló de la posibilidad de que Israel reconociera el derecho de los palestinos a tener su propio Estado, algo todavía hoy en el aire.

En el encuentro de 2001 Arafat habló durante unos minutos con el entonces ministro de Exteriores hebreo, Simon Peres, lo que dio cierto tinte de esperanza a una reunión en la que también se dieron cita otros personajes históricos, como el presidente egipcio Hosni Mubarak, que fueron recibidos por José María Aznar y Francesc Antich, entonces presidentes.

Hoy la vida de Arafat se apaga y la situación en Oriente Medio está peor que nunca. Muchos han sido los intentos de acercar a ambas partes al terreno del diálogo y de la conciliación. Mallorca puede decir que por cuatro veces lo ha intentado. No en vano la nuestra es una isla mediterránea que comparte mar con su tierra.