Abú Mazen dedicó su victoria a Yaser Arafat y a los prisioneros palestinos.

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FRANCE PRESS-RAMALA
Poco antes del cierre de los colegios electorales, el candidato independiente Mustafá Barguti aseguró que se habían producido irregularidades, aunque el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, que se encuentra en la zona como observador, dijo no haber detectado ningún fraude.

En todo caso, sea cual sea el resultado, los palestinos participaron en una jornada electoral histórica, la primera en nueve años, de la que debe salir el sucesor de Yaser Arafat. El portavoz de la Comisión Central Electoral palestina, Baha al Bakri, informó de que las mesas electorales cerrarían a las 21:00 horas (20:00 horas en Balears), dos horas después de lo previsto, y explicó que se requería más tiempo para atender al flujo de votantes y para resolver la confusión en Jerusalén Este.

Una segunda encuesta hecha por una universidad de la ciudad cisjordana de Nablús con las respuestas de más de 5.000 electores y un margen de error de cinco puntos concedió un 69'5 por ciento a Abbás y un 24'5 por ciento a Barghuti, mientras que un tercer sondeo, realizado por la Universidad Bir Zeit de Cisjordania, daba al líder de Al Fatah el 70 por ciento, frente al 20 de su rival.

Por su parte, Jimmy Carter logró concretar un acuerdo con la comisión electoral y funcionarios israelíes para permitir a los votantes registrados en el este de Jerusalén votar en cualquiera de las seis oficinas de correo de la ciudad. La jornada transcurrió sin apenas incidentes, salvo algunos sucesos aislados como la irrupción de un grupo de hombres armados en un colegio electoral, en el que realizaron disparos al aire para protestar porque sus familiares no estaban inscritos. Además, muchos palestinos no pudieron votar porque no estaban censados.