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Al hacer el anuncio, Bush destacó la capacidad de Negroponte para este puesto de nueva creación, desde el que coordinará todo el sistema de espionaje de EEUU, y del que responderá solo ante el propio presidente. La elección de Negroponte llega tras una larga temporada de búsqueda por parte de la Casa Blanca del «hombre ideal» para poner en orden y coordinar los servicios de inteligencia.

Experimentado en diplomacia pero no en asuntos de espionaje, Negroponte, de 65 años, tendrá que ser confirmado por el Senado para asumir el cargo que creó el Congreso en el marco de la reforma de los servicios de inteligencia. Negroponte, nombrado el año pasado embajador de EEUU en Irak tras el derrocamiento de Sadam, tendrá en sus manos dos ingredientes codiciados en Washington: la confianza del mismo Bush y el control presupuestario.

Bush elogió la trayectoria de Negroponte y su capacidad para hacer el trabajo de director nacional de Inteligencia (DNI), desde el que tendrá que manejar el presupuesto y funcionamiento de las 15 agencias de espionaje de EEUU. «John (Negroponte) se asegurará de que los responsables de defender a EEUU tengan la información necesaria para tomar las decisiones correctas», dijo Bush.

Aun sin tener oficina propia en la Casa Blanca, Negroponte será el principal asesor de Bush en materia de inteligencia y, como tal, tendrá acceso pleno al presidente. En ese sentido, Bush intentó minimizar las fricciones que puedan surgir entre Negroponte y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por el presupuesto de las operaciones militares porque, a su juicio, las discusiones suelen ser más «civiles».