La Alianza Unida Iraquí, coalición chií que ganó las elecciones del
30 de enero, nombró ayer al vicepresidente interino de Irak,
Ibrahim al Jaafari, candidato para el puesto de primer ministro,
tras la retirada del otro aspirante, Ahmed Chalabi.
En 1982, Sadam Husein Sadam aplastó a la formación, cuyos
dirigentes se vieron obligados a exiliarse en el vecino Irán. El
propio Al Jaafari, nacido en 1947 en la ciudad santa chií de
Kerbala (centro) y licenciado en Medicina en la Universidad de
Mosul (norte), vivió en Irán y Reino Unido a lo largo de los años
ochenta.
Dada la victoria de su formación en las recientes elecciones
generales, Al Jaafari tiene muchas posibilidades de ser elegido
jefe de Gobierno por la nueva Asamblea Nacional cuando ésta se
convoque, aunque todavía no se ha fijado una fecha para ello.
Al Jaafari, médico practicante de profesión, es el principal
portavoz del partido Islámico Dawa, que libró una sangrienta
campaña contra el régimen de Sadam Husein a finales los
setenta.
A juicio de los analistas, el candidato podría ser una buena
opción de cara a la opinión pública, que ve en él a un político
menos corrupto que el resto de posibles candidatos y que aprecia
sus buenas relaciones con Irán, aunque no esté tan próximo al
Gobierno de Teherán como otros dirigentes chiíes de Irak. Cuenta
con el apoyo del gran ayatolá Sistani, la mayor autoridad chií del
país.
«Chalabi anunció su retirada y todo el mundo apoyó a Al
Jaafari», tras lo cual el propio Chalabi «dio también su respaldo a
Al Jaafari», declaró Haytham al Husaini, colaborador del líder del
Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak, Abdelaziz al
Hakim, quien encabezó la coalición, formada por 38 partidos
chiíes.
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