El presidente norteamericano y el mandatario ruso se reunieron en Bratislava para tratar de limar sus diferencias.

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EFE-BRATISLAVA
Los presidentes de EEUU y Rusia, George W. Bush y Vladímir Putin, coincidieron ayer en que Irán y Corea del Norte no tengan armas atómicas, en una cumbre en la que hubo fuertes diferencias sobre la situación de la democracia rusa. La reunión registró acuerdos para aumentar la cooperación en la seguridad de las instalaciones y materiales nucleares, en el control de materiales fisibles, y en el control de misiles portátiles tierra-aire, a fin de evitar que todos esos artilugios puedan caer en manos terroristas.

Añadió que Rusia «ha dejado claro que no seguirá adelante hasta que los iraníes hayan satisfecho las preocupaciones de la comunidad internacional acerca de que han abandonado su programa nuclear militar. Creemos que es constructivo». Putin afirmó que Rusia está comprometida con la democracia, que «es nuestra decisión final, y no hay retorno», ya que «el retorno al totalitarismo sería imposible debido a las condiciones de la sociedad rusa».

Rusia tiene previsto firmar con Irán mañana un acuerdo para el suministro de combustible nuclear y la devolución del material ya usado, y el programa atómico de Teherán ocupó buena parte de esta reunión.

Sin embargo, EEUU no manifestó preocupación por ello. «Rusia ha dejado claro que todo el combustible será gastado y devuelto a Rusia para su tratamiento final. Creemos que es la forma adecuada de tratar este asunto», declaró un destacado funcionario estadounidense.

La cita de Bratislava, en la que ambos mandatarios querían sentar las bases de su relación en los próximos cuatro años, llegó entre las crecientes críticas de Bush a Rusia por la involución democrática rusa de los últimos meses.

Bush dijo que planteó la cuestión «de forma amistosa», pero a pesar de toda su retórica de los últimos días, Bush se tuvo que contentar con una vaga declaración de intenciones de Putin, sin compromisos de ningún tipo.

Pero también dejó claro que cree que algunas de sus medidas más discutidas son necesarias para la estabilidad rusa: «La aplicación de los principios y normas de la democracia no debería ir acompañada por el colapso del Estado y el empobrecimiento de la población».

Putin no concretó si daría marcha atrás en algunas decisiones que se le critican desde el exterior, como medidas electorales, la campaña contra la petrolera Yukos o las presiones a los medios de comunicación. Putin dijo que podría «tomar en consideración» algunas de las ideas de Bush, aunque rehusó llamarlas «consejos». También dijo que, sobre otras ideas, «no voy a hacer comentarios». Bush manifestó que sigue teniendo fe en su colega ruso, después de que en la primera reunión entre ambos, en junio 2001, aseguró, en una frase célebre, que había mirado a Putin a los ojos, y había visto que era un hombre en el que podía confiar.