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EUROPA PRESS-ROMA
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró ayer en su comparecencia en el Senado que el Ejército estadounidense en Irak habían sido informadas del paso del coche en el que viajaba la periodista Giuliana Sgrena, recién liberada y el agente de los servicios secretos Nicola Calipari, que murió debido a los disparos de una patrulla norteamericana en el trayecto hacia el aeropuerto.

El primer ministro repitió, como hizo Fini, que la versión italiana de los hechos no coincide con la proporcionada por Estados Unidos. «Durante el trayecto, y a mitad de una curva, el coche, que viajaba a una muy baja velocidad, fue iluminado con un faro a una distancia de unos 10 metros y a la vista de esta señal, el funcionario de los servicios secretos que conducía frenó inmediatamente, deteniendo el coche en unos metros. En esos momentos se disparó entre unos 10 y 15 segundos», explicó. Según Berlusconi, sólo algunos proyectiles alcanzaron el coche, uno alcanzó la cabeza de Calipari produciéndole la muerte e hirió a Sgrena y al otro agente secreto.

Berlusconi, como hizo el martes el ministro italiano de Exteriores, Gianfranco Fini, ha explicado que Calipari advirtió a las autoridades norteamericanas de que estaba volviendo al aeropuerto de Bagdad «a través de un oficial de conexión, que en un principio se había pensado que era el cuarto hombre en el vehículo y que, sin embargo, se había quedado en el aeropuerto junto a un coronel norteamericano».

Berlusconi «exigió» a Estados Unidos el máximo de colaboración para aclarar los hechos y hallar a los responsables del tiroteo y anunció que cualquier novedad «será inmediatamente comunicada al Parlamento».

Sobre este punto, declaró que la iniciativa del Gobierno estadounidense de crear una comisión en Irak con un representante italiano para estudiar los hechos «es una iniciativa de gran importancia» y que permitirá aclarar lo sucedido en «breve tiempo».