La sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), máximo
órgano legislativo de China, se clausuró ayer, tras votar a favor
de todas las propuestas presentadas, entre ellas la polémica Ley
Antisecesión contra el Independentismo taiwanés.
Por su parte Taiwán condenó enérgicamente la Ley Antisecesión
aprobada por el Parlamento chino y advirtió a Pekín de que afecta
negativamente a las relaciones entre los dos lados del Estrecho de
Formosa.
Con la aprobación, casi por unanimidad de esa ley, -2.896 votos
a favor, ninguno en contra y dos abstenciones-, y tras homenajear
al ex presidente Jiang Zemin, que deja la política, el presidente
de la ANP, Wu Bangguo, declaró la clausura de 10 días de
reuniones.
La Ley Antisecesión, que contempla el uso de medios «no
pacíficos» en caso de que fallen todas las vías diplomáticas para
lograr la reunificación, fue la única votación que no recibió
ningún voto en contra, y fue recibida con expresiones de alegría
por los asistentes.
La sesión de clausura comenzó con la votación del informe sobre
la labor de Gobierno en 2004 y objetivos para 2005, que había sido
presentado por el primer ministro, Wen Jiabao, y fue también
aprobado con muy escasa oposición (2.868 a favor, 17 en contra y 13
abstenciones).
Aunque todos los informes y propuestas fueron respaldados como
estaba previsto, hubo muestras de sorpresa en la sala cuando se
votaron los informes sobre la labor del Tribunal Popular Supremo y
la Fiscalía General del Estado, que tuvieron un significativo
número de votos en contra.
«Con el fin de proteger el interés nacional de Taiwán, el
Gobierno tomará todas las medidas para minimizar el impacto
negativo de la ley», dijo en rueda de prensa el presidente del
Consejo de Asuntos Chinos, Joseph Wu.
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