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EFE-WASHINGTON/EL CAIRO
El presidente de EEUU, George W. Bush, abrió ayer la puerta a aceptar la integración de Hizbulá como partido plenamente integrado en el proceso político libanés si esa organización renuncia a las armas. Hizbulá, que tiene nueve escaños en el Parlamento libanés, figura desde hace años en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado.

Por otra parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, se reúne desde ayer entre espectaculares medidas de seguridad con los grupos radicales para intentar arrancarles una tregua que dé credibilidad a las negociaciones de paz con Israel. La reunión comenzó con una hora de retraso en un lujoso hotel de la periferia de El Cairo, y los oradores que intervinieron en la sesión de apertura no pronunciaron la palabra «tregua» o la expresión «alto el fuego», pese a que éste es el principal tema de la reunión.

Por primera vez, Bush pareció mostrarse abierto a esa idea, al indicar, en una reunión con el rey Abdalá II de Jordania en la Casa Blanca, que espera que Hizbulá «demuestre que no es (un grupo terrorista) y renuncie a las armas y no amenace la paz». Bush advirtió acerca de la posibilidad de que Hizbulá, que nació como una milicia antiisraelí en el sur de Líbano durante la guerra civil de ese país, pueda perpetrar actos de violencia para descarrilar el proceso de paz entre israelíes y palestinos.

«Una de las cosas que Su Majestad y yo hemos abordado es que Hizbulá puede intentar hacer descarrilar el proceso de paz entre Israel y los palestinos», indicó el presidente.

Los participantes en esta sesión de apertura fueron, además de Mahmud Abás, el ministro de Exteriores egipcio, Ahmed Abul Geith, y el jefe de los servicios secretos egipcios, Omar Suleimán, encargado por el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, de mediar entre los palestinos.

Abás subrayó el interés de la ANP por la paz, así como de las facciones palestinas, y expresó la necesidad de lograr un acuerdo entre los participantes «para iniciar la negociación final (con Israel) y lograr que acabe la ocupación, según las resoluciones internacionales». El presidente palestino insistió en la necesidad de una entidad nacional palestina «en la que estén presentes todas las facciones», en alusión a los grupos islamistas como Hamás y la Yihad Islámica, que hasta ahora no participan en las instituciones palestinas.