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AFP-MADRID
La organización defensora de los derechos humanos, Amnistía Internacional (AI), pidió ayer en Madrid la «puesta en libertad inmediata e incondicional» de 71 presos de conciencia en Cuba.

La organización reconoce los «impactos negativos en el respeto de los derechos humanos del embargo unilateral» económico y comercial que Estados Unidos impone a la isla desde hace más de 40 años, indicó Giulia Tamayo, responsable de campañas de la sección española de Amnistía.

Al cumplirse dos años de la detención de 75 disidentes políticos condenados en juicios sumarios a penas de cárcel de hasta 28 años, en una ola represiva sin precedentes, la entidad humanitaria presentó un informe titulado «Cuba, 71 presos de conciencia aguardan la libertad», en el cual puntualiza sus «principales preocupaciones» sobre las situación de esos detenidos.

Amnistía reclama a las autoridades cubanas que respete reglas mínimas del trato a los prisioneros, investigue casos de malos tratos en las prisiones y acceda al acercamiento de los presos a sus domicilios, precisó Gerardo Ducos, investigador de esa organización para Cuba.

AI pidió además al gobierno de Fidel Castro que elimine la pena de muerte de su legislación.

Ducos advirtió, no obstante, que «el embargo contribuye a la violación de los derechos humanos pues el gobierno lo usa como un pretexto para atacar a la disidencia».

«Amnistía no defiende ni se opone a las ideas de los presos de conciencia, sino que reclama el cumplimiento de sus derechos humanos», explicó Tamayo, antes de precisar que el concepto de preso de conciencia se refiere a quienes «han sido privados de su libertad por expresar sus ideas pacíficamente».

AI presentó su informe en Madrid cuatro días después de la visita a España del ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, para quien el delito de los encarcelados en marzo de 2003 «no es pensar distinto sino (...) colaborar con una potencia extranjera».