El líder opositor Kurmanbek Bakíyev, rodeado de sus seguidores antes de entrar en la sede de la Presidencia.
26/03/05 0:00
ALMAZ ASÀNOV-BISHKEK
Las nuevas autoridades de Kirguizistán decretaron ayer el toque de
queda en la capital para poner fin a los desórdenes y los saqueos,
mientras el derrocado presidente kirguís, el prorruso Askar Akáyev,
denunció el «golpe de Estado» que lo apartó del poder. Los pogromos
que siguieron a la toma el jueves de la sede del Gobierno en
Bishkek y la caída del régimen del presidente Askar Akáyev se
reanudaron ayer nada más caer la noche, con enfrentamientos entre
las fuerzas del orden y los merodeadores.
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