TW
0

El testamento del papa Juan Pablo II, un documento de 15 páginas que refleja su legado espiritual, fue leído ayer en la cuarta Congregación de los cardenales y hoy será publicado en idioma polaco, tal como fue escrito, y en su traducción en italiano, según anunció ayer el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.

Tradicionalmente, si el Papa no revela en vida el nombre del cardenal «in pectore» o secreto, ese nombramiento deja de ser válido. Al morir el Papa sin desvelar el nombre de este cardenal, que sería el número 117 en el cónclave -el filipino Jaime Sin ha comunicado que no asistirá-, finalmente éste no podrá participar. El papa Wojtyla ya había nombrado dos cardenales «in pectore» en el consitorio de 1998 y durante el consitorio del 2001 comunicó sus nombres. Eran Marian Jaworski, arzobispo de Lviv de los Latinos y Janis Pujats, arzobispo de Rigaen Letonia.

En el testamento de Juan Pablo II no se menciona, como se esperaba, el nombre del cardenal «in pectore», nombrado durante su Pontificado y cuya identidad se mantiene en secreto por motivos de seguridad o personales, por lo que casi con seguridad no se podrá conocer su nombre.

La fórmula del cardenal «in pectore» permite a los papas honrar a prelados cuyo nombramiento podría representar riesgos para ellos o para las relaciones de El Vaticano con un Estado, o bien por simples razones de conveniencia.

Se había lanzado la hipotesis de que el cardenal «in pectore» podría ser algún arzobispo de la Iglesia Católica en algún país como China, que no mantiene buenas relaciones con la Santa Sede, o incluso su secretario personal, el polaco monseñor Stanislao Dziwicz.

Lo que sí se dio ayer a conocer es que Juan Pablo II comenzó a escribir su testamento en 1979, sólo un año después de su elección, y que recorre varias etapas de sus 26 años de pontificado, incluidos los momentos más duros durante la enfermedad.