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EFE-QUITO
La destitución de la Corte Suprema de Justicia en pleno ha sido el primer gran triunfo de la oposición ciudadana en Ecuador, que ahora prepara nuevas manifestaciones para pedir la renuncia del presidente Lucio Gutiérrez.

Cuatro meses le ha llevado a la oposición conseguir el cese de la Corte, que terminó sus días gracias a la presión de miles de ciudadanos que, hartos de la inacción de los políticos, tomaron las calles de Quito para protestar.

Conscientes ahora del «poder de las cacerolas», del «reventón», del «rollazo» y otros originales mecanismos de protesta, los ciudadanos de a pie se niegan a seguir aborregados.

«Ya no somos borregos, ahora somos pastores», dijo ayer una de las decenas de personas que continúa comunicándose con la Radio La Luna, que desde la semana pasada se ha convertido en el receptor y transmisor de los convocantes de las protestas.

Con ese mismo mecanismo, continuó ayer la «autoconvocatoria» de reuniones en un parque del centro-norte de Quito, así como otra protesta callejera a la que han denominado el «camarazo» porque los participantes deben llevar cámaras para fotografiar a posibles infiltrados que traten de provocar el caos en las manifestaciones.

También se incrementaron las críticas a los políticos, en especial después de que anoche el Parlamento dejara sin efecto la reestructuración de diciembre pasado de la Corte de Justicia, hecho que se sumó a la decisión de Gutiérrez de cesar a todos sus integrantes el pasado viernes.