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Los ecuatorianos residentes en las Islas (15.381, según los últimos datos del INE) asisten con inquietud a la crisis política suscitada en su país.

A los problemas laborales y de regulación de «papeles» a los que deben enfrentarse habitualmente hay que añadir ahora la crisis desatada tras la marcha del presidente del país que, hace una semana, disolvió la Corte Suprema y provocó una revuelta popular.

«Claro que estamos preocupados y seguimos con inquietud las noticias que nos llegan», explica Linda Chancai, hasta hace algunos meses presidenta de una asociación de residentes ecuatorianos en Balears.

En Palma, la población extranjera residentes más numerosa es la ecuatoriana. Unos 10.000 ecuatorianos han tramitado su solicitud de papeles.

«La verdad es que lo que pasa en nuestro país preocupa mucho, pues lo que hace falta es estabilidad», dice Chancai, que añade que esta situación retrae a la gente a enviar dinero. No saben si llegará ni qué tipo de comisiones se cobrarán. También tiene constancia de que algunas personas que estaban pensando viajar a su país han decidido posponerlo.

La población ecuatoriana trabaja mayormente en el sector servicios, hay muchas empleadas del hogar y en general su trabajo es inestable. De ahí la preocupación.

«Son problemas sobre problemas», han explicado a este periódico.

Teléfonos y televisión los principales medios para enterarse de la situación de su país que se ha agravado con la marcha del presidente.

Las manifestaciones se suceden en Ecuador para que «se vayan todos», pero desde Balears se teme que finalmente la crisis provoque la intervención del Ejército y será aún mucho peor.

Hace una semana, el presidente de Ecuador suspendió la Corte en lo que parecía un «autogolpe». A lo largo de la semana la situación se ha ido agravando.

En Ecuador residen unos seis mil españoles.
En Balears viven más de 15.000 inmigrantes procedentes de aquel país, lo que demuestra la importancia de la inmigración ecuatoriana en las Islas.

El Consulado de Ecuador en Balears se ubica en Capdepera, donde vive su cónsul honorario.