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Varios ataques contra civiles extranjeros que trabajan para la coalición dejaron ayer al menos diecisiete muertos, mientras se aplaza en el país la formación del Gobierno electo. El suceso más grave se produjo cuando un grupo insurgente derribó hoy un helicóptero y mató a sus once ocupantes, seis estadounidenses, según confirmaron fuentes de la Embajada de EEUU en Bagdad, además de sus tres tripulantes búlgaros y dos filipinos, agentes de seguridad.

El helicóptero «fue derribado por fuego terrestre» -al parecer por un misil, según fuentes militares búlgaras- en una zona entre Bagdad y Tikrit, a unos cien kilómetros al norte de la capital. Todas las víctimas son civiles que trabajaban para la compañía de seguridad Blackwater -que suele prestar servicios de escoltas a personalidades occidentales o iraquíes-, mientras que el helicóptero pertenecía a la compañía búlgara Heli Air.

Testigos citados por la televisión qatarí Al Yazira, que mostró las imágenes de los restos humeantes del helicóptero en un lugar desértico, aseguraron haber visto un cohete que impactó en la nave antes de precipitarse a tierra.

El derribo de la nave búlgara parece darse en el marco de una escalada de ataques contra los civiles extranjeros, los llamados «contratistas» que algunas veces son temerarios hombres de negocios, pero las más un eufemismo para nombrar a las numerosas empresas de seguridad en el Irak de la posguerra.