«Con sentimientos de profundo remordimiento y las más sinceras
disculpas, Japón ha trabajado de forma consistente en convertirse,
no en una potencia militar, sino en una potencia económica»,
añadió.
«En el pasado, Japón, a través de su rol colonial y sus
agresiones, causó un tremendo daño y sufrimiento a la gente de
muchos países, en particular aquellos de las naciones asiáticas.
Japón afronta estos hechos de la historia con un espíritu de
humildad», declaró Koizumi en presencia de los delegados de los 102
países participantes, entre ellos, el presidente chino, Hu
Jintao.
El contexto de la Cumbre ha provocado, curiosamente, que ésta
sea la muestra de arrepentimiento a mayor nivel jamás hecha por un
primer ministro del país oriental. A pesar de no citar directamente
a China, las palabras de Koizumi han sido entendidas como una
disculpa a este país por los 35 millones de víctimas que murieron
durante la invasión nipona, tal y como ha venido exigiendo en las
últimas semanas el Gobierno de Pekín.
Shinichi Nishimiya, portavoz del Ministerio de Asuntos
Exteriores japonés, confesó que ambos países están trabajando para
que Koizumi y el mandatario chino se reúnan antes de que concluya
la cumbre. La reunión podría tener lugar hoy, según fuentes
cercanas al Gobierno nipón.
«Ambas partes son muy conscientes del impacto que puede tener
para la región si no se arreglan sus relaciones comunes», declaró
Nishimiya. El mismo portavoz aseguró que ambas potencias «tienen
otras prioridades con respeto a Àfrica y Asia» durante este
encuentro, y que sus respectivos diplomáticos están intentando
adaptar las agendas de ambos líderes.
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