Las viudas afganas, a quien va dirigido el proyecto de ayuda desarrollado por Clementina, piden su liberación.

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El Gobierno italiano aseguró ayer que la cooperante Clementina Cantoni, secuestrada en Afganistán, está bien y que ya se han establecido contactos con sus secuestradores para negociar su liberación. «Sabemos que la muchacha está bien porque los secuestradores han abierto un canal de contacto con las autoridades afganas», señaló el ministro italiano de Exteriores, Gianfranco Fini, en una declaración a la prensa.

Su captura ha hecho revivir en Italia la angustia repetida en otros casos similares en Irak, cuando todavía está reciente el caso de la periodista Giuliana Sgrena, cuya liberación se vio empañada por la muerte del agente secreto que la acompañaba de regreso a Italia, Nicola Calipari, tiroteado por soldados de EEUU.

Fini rehusó explicar si los captores de la cooperante, de 32 años, habían solicitado el pago de un rescate y dijo que «la reserva, la discreción y la prudencia son imprescindibles» para lograr el objetivo de su liberación. Para que se produzca el feliz desenlace, el jefe de la diplomacia italiana expresó su confianza en que «todos los afganos, y en particular las mujeres, reclamen en voz alta su puesta en libertad».

Clementina Cantoni, empleada de la organización humanitaria CARE International y responsable de un proyecto de ayuda a las viudas de Kabul, fue secuestrada el lunes en el centro de la capital afgana, cuando varios hombres armados interceptaron su vehículo y la obligaron a subir a otro coche en el que huyeron.

El secuestro de Cantoni se lo ha atribuido un grupo no identificado que, a través de una llamada a la policía afgana, ha exigido para su liberación la excarcelación de tres supuestos miembros de la banda criminal detenidos el mes pasado. Medios italianos indicaron que la petición se refiere a dos de los supuestos líderes de esa banda, Tela Mohamed y Omara Khan, y otro de sus cómplices.

Los familiares de Clementina Cantoni, natural de Milán (norte de Italia), se han limitado a señalar que carecen de información sobre su paradero y han pedido discreción ante la angustia provocada por la noticia, que obligó el lunes a hospitalizar a la madre de la cooperante. Este secuestro ha vuelto a suscitar hondo pesar en Italia, país que ha visto cómo siete de sus ciudadanos eran secuestrados por grupos islámicos o de delincuentes en Irak en el último año.